“El Fruto del Espíritu Santo - Parte 3”
- cowmama60barnes
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“Pero el FRUTO del ESPÍRITU es AMOR, GOZO, PAZ, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley.”
Gálatas 5:22-23
Meditación:
El enfoque de hoy en los Frutos del Espíritu Santo es: Fidelidad, Mansedumbre y Dominio propio. Tres aspectos poderosos del fruto y cómo podemos aplicarlos en nuestra vida diaria... Viviendo el Fruto de la Fidelidad, la Mansedumbre y el Dominio propio en nuestra Vida Diaria.
Gálatas 5:22-23 nos recuerda que el fruto del Espíritu no es solo una lista de virtudes, sino un estilo de vida moldeado por la presencia de Dios en nosotros. Entre estas, la fidelidad, la mansedumbre y el dominio propio a menudo parecen fortalezas discretas, pero son esenciales para una vida que refleje a Jesucristo.
Fidelidad: Apareciendo cuando es difícil. Fidelidad significa ser confiable, leal y comprometido, no solo con Dios, sino con los demás. Es fácil ser fiel cuando todo va bien, pero la verdadera fidelidad brilla en los momentos difíciles.
Ejemplo: Imagina que un amigo está pasando por un momento difícil. Estás cansado, ocupado y emocionalmente agotado, pero aun así te mantienes al tanto, oras por él y te presentas. Eso es fidelidad. O tal vez sientes la tentación de tomar atajos en el trabajo, pero eliges la integridad. Eso es fidelidad en acción.
Mansedumbre: Fuerza bajo control. La mansedumbre no es debilidad, es fuerza envuelta en humildad. Es elegir la amabilidad cuando podrías elegir la dominación. En un mundo que premia la agresión, la mansedumbre se considera contracultural.
Ejemplo: Estás en una discusión acalorada y alguien te insulta. En lugar de responder bruscamente, respondes con calma y respeto. Eso es mansedumbre. O al corregir a un niño o a un compañero de trabajo, le dices la verdad con compasión, no con condenación.
Autocontrol: Dominando el momento. El autocontrol es el poder del Espíritu que nos ayuda a decir "no" a los impulsos que nos alejan de hacer lo que Dios considera mejor. No se trata solo de resistir la tentación, sino de elegir lo correcto, incluso cuando es difícil.
Ejemplo: Te sientes tentado a navegar sin parar en tu teléfono en lugar de dedicar tiempo a la oración o a la familia. Haces una pausa, lo dejas y eliges la conexión. O te frustras y quieres arremeter, pero respiras, oras y respondes con gracia.
Estos tres rasgos —fidelidad, mansedumbre y autocontrol— no son solo ideales. Son un estilo de vida. Son decisiones diarias. Y cuanto más nos apoyamos en el Espíritu, más naturalmente fluyen de nosotros. Seamos intencionales hoy: preséntate, habla con suavidad y elige con sabiduría.
¿Estás viviendo bajo la influencia del Fruto del Espíritu Santo?
Oración:
Padre nuestro que estás en los cielos, ayúdanos cada día a vivir bajo la influencia del fruto de tu Espíritu Santo: amor, alegría, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Sigue empoderándonos, renovando nuestras fuerzas para seguir sirviéndote con alegría, difundiendo el Evangelio con nuestras palabras y acciones. En el nombre de Jesús oramos. ¡Amén!
José Reyes
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