Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abraham construyó allí un altar y dispuso la leña sobre él. Ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces extendió su mano y tomó el cuchillo para matar a su hijo, pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo: “¡Abraham! ¡Abraham!
“Aquí estoy”, respondió. “No le pongas la mano encima al niño”, dijo. “No le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu único. Abraham levantó la vista y allí, en la espesura, vio un carnero enredado por los cuernos. Él se acercó, tomó el carnero y lo sacrificó en holocausto en lugar de su hijo. Entonces Abraham llamó a ese lugar El Señor Proveerá. Y a esto se dice: “En el monte de Jehová será provisto”. Génesis 22:9-13
Meditación.
¿Alguna vez te preguntaste qué pasó por la mente de Abraham cuando creyó que Dios quería que sacrificara a su hijo?
Por supuesto, en ese momento particular de la historia, el sacrificio del primogénito no era inusual y se veía como una ofrenda a los dioses, quienes luego permitirían vivir al resto de los niños. ¿Pensó Abraham que Dios era como los otros dioses? Nunca lo sabremos en este mundo. Pero Dios no quería sacrificio de la carne, sino sacrificio del corazón. A Abraham se le impidió sacrificar a Isaac y en su lugar se le dio un carnero, y por su buena disposición se le prometieron grandes bendiciones.
Cada 4 de julio Estados Unidos celebra su Independencia. Muchos hombres y mujeres se sacrificaron mucho para que esto sucediera y muchas personas en todo el mundo han sacrificado mucho por su independencia... independencia de la tiranía, independencia para practicar su religión, libertad del miedo.
Isaac fue liberado para poder convertirse en padre de Esaú y Jacob y, por tanto, en abuelo de Israel. Jesús nos ha liberado, nos ha dado independencia de la tiranía de la ley al darnos la ley del amor para seguir. Él nos ha liberado para que podamos experimentar los gozos de la vida eterna. Todos tenemos mucho que celebrar todos los días sin importar dónde vivamos, así que demos gracias a Dios por la libertad.
Oración.
Dios amoroso, le devolviste a Abraham su hijo y nos das tanto. Que siempre estemos agradecidos por todos tus regalos y los compartamos todos los días. Especialmente te damos gracias por el don de la libertad del temor a la muerte y el don de la salvación. En el nombre de Jesús oramos, Amén.
Autor: José Reyes
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