Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza… Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros. Gálatas 5:22-26
Meditación:
La Salud Espiritual, comienza en el momento que nos entregamos a Dios. En otras palabras, cuando somos bautizados y recibimos el Espíritu Santo, recibimos Salvación, redención y una nueva vida abundante, pero necesitamos mantenernos conectados y desarrollar una relación estrecha y fuerte con Dios, impulsados por el Espíritu Santo quien es el mejor maestro, guía y consolador…
Cada día el Espíritu Santo nos influencia y nos guía a orar, leer y meditar la Biblia, entendiendo y aplicando los principios espirituales en nuestra vida diaria… Cuando entendemos y aplicamos el fruto del Espíritu Santo en nuestra vida diaria estamos permitiendo que el Espíritu Santo “tome el volante”.
Cuando te das cuenta de que la única razón por la que sigues de pie, ileso, con un futuro glorioso por delante, es por las misericordias de Dios, te sentirás humilde. Si no fuera por Jesucristo y el sacrificio que hizo por nosotros, nos habríamos encontrado en la vía rápida hacia la condenación eterna. El pensamiento de eso es suficiente para sacudir el corazón más fuerte.
Pero Dios no nos dejó para que afrontáramos el precio de nuestra naturaleza pecaminosa, intervino, envió a Su hijo que tomó la caída por nosotros y se aseguró de que no tuviéramos que pasar por tanto sufrimiento. La salvación es gratuita para todos.
Jesús, a su vez, nos dio el Espíritu Santo para guiarnos e inculcarnos nuestra fe inquebrantable en Dios. Ahora, como Sus hijos, seguimos esperando. Esperamos ansiosamente el regreso de Jesucristo y el fin del reinado del diablo en la tierra. En ese día, veremos cosas gloriosas. El regreso de Jesucristo no es motivo de miedo ni tristeza. Su regreso debería hacernos querer bailar y celebrar. ¡Jesús viene por nosotros! No tenemos por qué preocuparnos ni inquietarnos porque somos coherederos con Jesucristo. Tenemos una herencia celestial que es eterna por naturaleza.
El mundo puede lanzarnos desafíos, pueden burlarse de nosotros y algunos de nuestros hermanos y hermanas pueden ser asesinados por defender el evangelio, pero nada de esto debería sacudir nuestra fe. Podemos sentarnos en silencio tranquilo porque sabemos que no estamos solos, Dios está con nosotros siempre. Cuando la gente viene con sus burlas y desafíos, no debemos levantarnos a la ofensa. En cambio, debemos permanecer firmes y pacientes sabiendo que Dios nos tiene y que no importa lo que podamos sufrir en la tierra, no será nada en comparación con la gran gloria que nos espera a los hijos de Dios.
Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para soportar los desafíos que podamos enfrentar en esta tierra. No hemos sido abandonados ni dejados solos para sufrir. No. Tenemos al Espíritu Santo, que también es conocido como nuestro Consolador. Él nos aconseja y nos consuela en los momentos en que no sabemos qué hacer. Él nos sana y nos fortalece en tiempos de dolor. Aunque el mundo pueda tratar de llenar nuestros corazones de tristeza, el amor de Dios reside dentro de nosotros, contrarrestando todos los ataques del enemigo y manteniéndonos en un lugar de PAZ, ¡ALELUYAH!
Oración:
Padre nuestro que estás en el Cielo, ¡gracias por enviar a Jesús, quien murió y pagó por completo por todos nuestros pecados y nos dio la Salvación y la Vida Eterna! Llena nuestros corazones todos los días con el fruto del Espíritu Santo; Amor, Gozo, Paz, paciencia, bondad, mansedumbre y dominio propio. ¡Ayúdanos a continuar compartiendo con alegría las “Buenas Nuevas de Salvación” a todo el planeta! En el nombre de Jesús oramos. ¡Amén!
Jose Reyes
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