“El Señor mismo va delante de ti y estará contigo; Él nunca te dejará ni te abandonará. No tengas miedo; No te desanimes." Deuteronomio 31:8
Meditación:
Cuando miramos el mundo que nos rodea, puede ser muy fácil desanimarnos por lo que vemos. La cantidad de odio que corre en lo profundo de los corazones de muchas personas y la agonía constante que vemos en todo el mundo es suficiente para que una persona cuestione la vida. Pero como cristianos, no necesitamos cuestionar la vida.
Sabemos que todo lo relacionado con el destino, la muerte y la destrucción son del enemigo. Sabemos que todas las cosas buenas vienen de Dios y él nos ha encargado que vayamos al mundo y repartamos este bien a toda la humanidad. El bien supremo es el don de la salvación.
Predicar el evangelio viene con consecuencias. La gente tratará de desanimarnos. Algunos pueden amenazarnos. Algunos nos abandonarán. Habrá momentos en los que se sentirá como si el mundo entero estuviera en nuestra contra. Pero tenemos que elegir aferrarnos a Dios y alabarlo sin importar lo que esté sucediendo.
Dios siempre es bueno, sin importar lo que enfrentemos en esta tierra. Cuando recordamos su bondad, nos ayuda a soportar las pruebas y tribulaciones de la vida. En tiempos de angustia, necesitamos volver nuestra mirada a Dios y buscarlo como nuestro refugio. Solo podemos recibir consuelo y fortaleza de Dios.
Los seres humanos siempre decepcionarán a otros seres humanos, y siendo nosotros mismos seres humanos, también podemos defraudar a la gente. El único que nunca nos fallará es Dios. Su fidelidad está siempre asegurada. No importa qué. La palabra de Dios nos informa de las muchas razones por las que podemos confiar en Dios con tranquilidad. Ha sido fiel incluso antes de que nos diéramos cuenta del peso de su amor.
Dios permaneció fiel a los hijos de Israel, incluso después de que le dieron la espalda. Cada vez que clamaban a Él, Dios los ayudaba. Incluso si lo habían lastimado de la peor manera, él continuó ayudándolos y amándolos.
Cuando nos enfrentamos a situaciones abrumadoras, debemos recurrir a estas verdades y a la palabra de Dios, dándonos cuenta de que Dios está con nosotros y nos fortalecerá pase lo que pase.
Oración:
Nuestro Padre Celestial ¡Gracias por tu Gracia, Misericordia y Amor sin fin, por nunca dejarnos ni desampararnos!¡Guiándonos con tu Espíritu Santo todos los días! En el nombre de Jesús oramos. Amen!
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