“...a consolar a todos los tristes, a dar a los afligidos de Sion una corona en vez de ceniza, perfume de alegria en vez de llanto, cantos de alabanza en vez de desesperacion.” Isaías 61:2-3
Meditación;
He conocido personas que me han contado historias de pesadilla de su pasado; cosas horribles que les han pasado y cosas aún más tristes, cosas horribles que han hecho. Muchas de estas personas serían casi irreconocibles en su pasado, incluido yo. Todos ellos, y yo, pasamos momentos duros y todos fuimos consolados por Dios, en momentos de obscuridad y dolor.
¿Qué fue lo que nos llevó a donde estamos hoy?
Algunos versículos para considerar sobre el Perdón:
pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios hara lo que es justo: nos perdonara nuestros pecados y nos limpiara de toda maldad. 1 Juan 1:9
Pues todos han pecado y estan lejos de la presencia salvadora de Dios. Romanos 3:23
y si mi pueblo, el pueblo que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y deja su mala conducta, yo lo escuchare desde el cielo, perdonare sus pecados y devolvere la prosperidad a su pais. 2 Crónicas 7:14
Esten siempre contentos. Oren en todo momento. Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que elquiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesus.
1 Tesalonicenses 5:16-18
Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos conforme a su voluntad, el nos oye. 1 Juan 5:14
Si pides perdón, si pides algo, Dios te escuchará. Confiesa tus pecados y sé perdonado.
Sin embargo, este suele ser el paso más difícil, especialmente si algunos de los pecados que hemos cometido son demasiado difíciles de recordar. Mirar hacia atrás y pedir perdón es el primer paso para seguir adelante. Sólo Dios puede reparar una vida rota, que es un montón de cenizas, y reemplazarla con belleza. Solo Dios puede consolar a los que lloran y reemplazarlo con el aceite de la alegría. Acude al Señor cuando tu vida sea más oscura, busca el perdón y Él la transformará, no importa cuán enredada y rota esté, en algo hermoso.
Oración;
Padre nuestro que estás en los cielos, gracias por amarme y perdonarme. ¡Sálvame, transfórmame y restáurame de las cenizas…! Ayúdame a entregarme a ti todos los días. En el nombre de Jesús, oro. ¡Amén!
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