"Amor eterno"

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvar al mundo por medio de él. Juan 3:16-17

Meditación:

Después de la Caída del Hombre, la humanidad se convirtió en un espectáculo terrible. El pecado abundaba de muchas maneras y no había forma de detenerlo. Las personas se mataban unas a otras, se robaban unas a otras, cometían actos extraños entre sí y adoraban a dioses extraños. Los hijos de Israel abandonaron a Dios muchas veces, eligiendo en cambio adorar ídolos. Ni una sola vez pensaron en la gran cantidad de dolor que le estaban causando a Dios.

Si te pidieran que murieras por esas personas, ¿lo harías?Probablemente no. Probablemente darías todas las razones del mundo de por qué estas personas merecían sufrir por sus acciones, y no te habrías equivocado al hacerlo. Los seres humanos eran terribles. Todavía vemos esa naturaleza terrible en muchos de ellos en el mundo de hoy. Los actos más atroces han ocurrido en la historia y hay otros nuevos que vemos cada día que pasa. Asesinato. Violencia sexual. Guerra. Odio...!

Pero nada de esto disuadió a Dios de entregar a Su hijo para salvarnos de nosotros mismos. Continuó con Sus planes, incluso cuando la humanidad le había dado la espalda. Se negó a permitir que Su amor se basara en nuestro amor por Él. Si Él hubiera hecho eso, habríamos muerto hace mucho tiempo.

No hay mayor amor que el amor que Jesucristo tiene por nosotros. Jesucristo dio su vida por cada persona en el mundo, sin importar quiénes son o qué han hecho en sus vidas. No fue una decisión sencilla para él. La idea de sufrir las consecuencias de los pecados del mundo no era fácil de soportar.

En los días previos a Su crucifixión, Jesucristo estaba preocupado por lo que estaba por venir, pero esto no le impidió seguir adelante. Él lloró por eso. No estaba celebrando el hecho de que estaba a punto de soportar tanto dolor. Pero aun así eligió ir.

¿Amarnos unos a otros, ayudarnos unos a otros y ser amables unos con otros es demasiado difícil para nosotros? ¿Es realmente tan difícil amar a Dios? No es una gran tarea para nosotros cuando lo comparas con lo que Dios sacrificó por nosotros y lo que Jesucristo tuvo que pasar por nosotros. No encontraremos tal amor en ningún otro lugar sino en Él. Él nos ama completamente y no hay nada que lo haga cambiar de opinión acerca de nosotros. Él es por nosotros, ahora y siempre.

Oración:

¡Padre nuestro que estás en los cielos, gracias por tu increíble gracia y amor! ¡Por enviar a Jesucristo, quien pagó en su totalidad por toda la humanidad, y redimirnos verdaderamente! Ayúdanos a seguir difundiendo la “Buena Noticia de Salvación”. En el nombre de nuestro Amado y Bendito Salvador Jesucristo, oramos.¡Amén!