“Me llamás “Maestro” y “Señor”, y con razón, porque eso es lo que soy. Ahora que yo, vuestro Señor y Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debés lavaros los pies unos a otros. Ejemplo os he dado para que como yo os he hecho, hagás. De cierto os digo, que ningún siervo es mayor que su señor, ni mensajero mayor que el que lo envió. Ahora que sabes estas cosas, serás bendecido si las haces”. Juan 15:13-17
Meditación:
No hay mayor amor que el amor que Jesucristo tiene por nosotros. Jesucristo dio su vida por cada persona en el mundo, sin importar quiénes son o qué han hecho en sus vidas. En Juan 15:13-17, Jesucristo estaba dando el ejemplo de cómo debemos amarnos unos a otros y ayudarnos unos a otros... "Ningún siervo es mayor que su amo, ni un mensajero mayor que el que lo envió". Jesucristo era el siervo de Dios y el mensajero de Dios y Dios le dio a Jesucristo su poder para sanar y hacer muchos milagros.
Si echas un vistazo al mundo de entonces e incluso al mundo de ahora, probablemente pensarías lo contrario. La humanidad ha estado plagada de maldad desde la Caída del Hombre al principio de los tiempos. Los seres humanos se han vuelto contra Dios muchas veces. Le han lanzado maldiciones, han dudado de su existencia y lo han acusado de muchas cosas. Pero Dios nunca flaqueó en Su amor por nosotros.
Cuando Jesucristo, quien era Dios en forma humana, estuvo en la tierra, experimentó lo mismo. Pero esto no lo detuvo de lo que vino a hacer. Continuó amando a cada persona que se cruzó en su camino. Hoy, Jesucristo no nos ve a nosotros, los hijos de Dios, como siervos. Nos considera sus amigos. Él nos ve como más que personas que cumplen sus órdenes. Él nos ve como personas. Él nos ama total y completamente y desea tener una relación con nosotros. En esta relación Él nos guía, nos fortalece y nos instruye. Nosotros correspondemos a ese amor al creer en Él y llevar a cabo Sus instrucciones.
No es una gran tarea para nosotros cuando lo comparas con lo que Jesucristo pasó para salvarnos. No encontraremos tal amor en ningún otro lugar sino en Él. Él nos ama completamente y no hay nada que lo haga cambiar de opinión acerca de nosotros. Él es por nosotros, ahora y siempre.
Oración:
Padre Celestial muchas gracias! ¡Por enviar a Jesucristo a Pagar en su totalidad por nuestros pecados, lo que nos dio la Salvación y la Vida Eterna! Ayúdanos a seguir tu ejemplo, a amar con acciones, porque “Las acciones hablan más fuerte que las palabras”. En el nombre de nuestro amado Salvador Jesús oramos. ¡Amén!
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