“Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado. Y ciertamente estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”Mateo 28:19-20
Meditación:
Que reconfortante es saber que Dios siempre esta con nosotros. A veces, el viaje puede volverse muy desafiante cuando eres cristiano. Empezar a predicar el evangelio no es fácil, especialmente cuando estás rodeado de personas que hablan activamente en contra del evangelio. El miedo a la persecución puede volverse muy real a veces. Pero esto no significa que debas avergonzarte o tener miedo. No. Déjame contarte un pequeño secreto... Dios te conoce mucho mejor de lo que te conoces a ti mismo. Tus miedos no son una sorpresa para Él.
Si Dios no hubiera esperado que te sintieras intimidado o asustado, no habría pasado tanto tiempo asegurándote en Su palabra. Hay momentos en los que las cosas se ponen difíciles. En Mateo 28:20, Jesús sabía por lo que iban a pasar los nuevos discípulos. Jesús a menudo advertía a sus seguidores de las pruebas, tribulaciones y persecuciones que enfrentarían por defender su nombre. Pero Él nunca lo dejó allí; él siempre les advertía y les proporcionaba una salida.
Siempre enfatizó el hecho de que Sus discípulos nunca estarían solos. Esto se aplica a nosotros. Todo cristiano es un discípulo de Jesus Cristo, alguien que ha elegido aprender y seguir los caminos de Jesus Cristo. Esto significa que debemos conocer los mandamientos que Jesus Cristo nos dio, instruyéndonos a amar a Dios con todo nuestro corazón, mente, cuerpo y alma y también a amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos.
El camino para amar a tu prójimo rara vez es un camino agradable. El mundo está lleno de personas que poseen diversas personalidades y creencias. Habrá buenos días en los que te encontrarás con personas que serán amigables contigo y que incluso pueden conectarse contigo en un nivel piadoso. Pero habrá muchos días en los que las personas que te rodean te frustrarán, te lastimarán y te desalentarán.
Aquí es donde el amor de Dios entra en acción y nos enseña cómo amarnos unos a otros. Esta es otra parte de que Jesus Cristo está con nosotros siempre. Él siempre está ahí para mostrarnos el camino correcto a seguir. Él siempre está ahí para consolarnos cuando estamos heridos por amar a las personas que nos rodean. Él está allí para refrescarnos y recordarnos cuán valioso es el viaje. ¡Él siempre está ahí y siempre lo estará, amándonos, cuidándonos, guiándonos...!
Oración:
Padre Celestial, gracias;por llamarnos, amarnos y cuidarnos! Ayúdanos cada día a trabajar para ti..! Compartiendo las Buenas Nuevas de la Salvación con Amor y Alegría..! En el nombre de Jesús oramos. ¡Amén!
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