Así que la ley fue nuestro tutor hasta que Cristo viniera para que fuésemos justificados por la FE. Ahora que esta FE ha venido, ya no estamos bajo tutor. Así que en Cristo Jesús todos sois hijos de Dios por la FE.
Gálatas 3:24-26
Pero cuando se cumplió el tiempo señalado, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo de Dios; y por ser hijo de Dios, Dios también te ha hecho heredero.
Gálatas 4:4-7
Meditación:
Pablo nos dice que como hijos de Dios tenemos el derecho de llamar a Dios “Papá”. Esto es lo que significa “Abba”, no el más formal Padre.
Somos herederos del cielo, así que no debemos tener un espíritu de temor. ¿Has pensado alguna vez en lo que significa tener a Dios como "Papá"?
Me gustaría que pensaras unos minutos en cómo te sentirías. Si estuviéramos en la misma habitación, te pediría que cerraras los ojos para esta meditación.
Imagina tu lugar favorito de paz. Puede ser tu casa, o un jardín, un parque, un bosque, cerca de un río, o como yo, mirando el agua lamer la orilla...
Te sientas en una silla o un banco cómodo y Dios viene y se sienta a tu lado. Te invita a compartir con él todas tus preocupaciones, inquietudes, miedos, dolores, penas, problemas, luchas, enfermedades, adicciones... todo lo que te molesta...
Le abres tu corazón mientras él te sonríe. No hay juicio en sus ojos, solo AMOR. Pronto, terminas y te preguntas qué dirá Dios…
En cambio, te rodea con sus brazos y te dice cuánto te AMA. Te dice que ÉL está contigo y te ayudará a llevar tus cargas; solo necesitas CONFIAR en él… Después de unos minutos, se levanta y se aleja…
Sintiéndote más ligero y renovado, regresas a tu día, sabiendo que tienes un PADRE AMOROSO Y PERDONADOR que siempre estará ahí cuando necesites hablar con él…
Oración:
Abba, Padre, estás ahí cuidándonos como un padre amoroso. Ayúdanos a recordar que siempre podemos CONFIAR y acudir a ti cuando necesitemos hablar, y creemos que nos escucharás y responderás, en tu tiempo. Continúa guiándonos para hacer tu voluntad; compartiendo, con alegría, las “Buenas Nuevas de Salvación” a todo el planeta. En el nombre de Jesús oramos, ¡Amén!
José Reyes
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