“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo y nos PERDONARÁ nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad.”
1 Juan 1:9
Meditación:
A menudo es un desafío imaginar que Dios nos perdona, especialmente cuando parece que no podemos perdonarnos verdaderamente a nosotros mismos. Cada vez que escuches que se predica que Dios ama a todos Sus hijos y tiene un propósito para sus vidas, puedes estar seguro de que alguien que lo escuche tendrá problemas para creerlo.
La verdad es que ninguno de nosotros merece el cuidado y la protección de Dios, pero afortunadamente, merecer no es la base del amor de Dios. De hecho, la naturaleza misma de Dios es amor, lo cual demostró a través de la muerte de Jesucristo. Él se preocupa tanto por nosotros que nos dio a cada uno de nosotros un lugar en Su plan para el mundo.
¿Por qué no podemos ver esto? ¿Por qué nos consideramos exentos del perdón de Dios?
La razón es que simplemente no estamos buscando las oportunidades que Él envía y nos distraemos con la voz mentirosa de Satanás.
¡Satanás podría usar nuestro conocimiento de Dios contra nosotros! Conociendo la voluntad de Dios y lo importante que es, y luego dándonos cuenta de que la hemos quebrantado, nos convencemos de que Dios no puede perdonarnos. ¡Satanás trata de cegarnos del amor de Dios!
Cuando estudiamos las Escrituras, comenzamos a comprender no solo la voluntad de Dios, sino también el amor de Dios, comenzamos a comprender la naturaleza perdonadora del Señor.
Oración:
Señor, he llegado a conocer tu voluntad. Reconozco que he vacilado en mi fe y me he desviado de tu voluntad. He pecado. Ruego por tu perdón y tu ayuda para perdonarme a mí y a los que me han lastimado. Oro para que me muestres tu amor y tu misericordia para que a su vez tu amor se derrame de mí a mis hermanos y hermanas, en el nombre de tu hijo Jesús. ¡Amén!
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