“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré DESCANSO. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis DESCANSO para vuestras ALMAS. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.” Mateo 11:28-30
Meditación:
Por un momento –antes de continuar leyendo– cierra los ojos y escucha…
escucha a JESÚS que te dice: “¡Venid a mí, y os daré DESCANSO, PAZ, GOZO y SANACIÓN…!”
¿Lo hiciste? ¿O simplemente seguiste leyendo para ver lo que iba a decir a continuación? Si hiciste lo que te pedí, ¿cómo te sentiste? ¿Pudiste sentir que tus hombros se relajaban, que tu respiración se hacía más lenta, que tu corazón latía de manera constante?
Hay una historia que circula en Internet de vez en cuando, sobre el hombre que siempre se detiene en el árbol que está afuera de su casa y lo toca cuando regresa del trabajo y luego otra vez por la mañana antes de irse. Cuando le preguntaron de qué se trataba eso, dijo que deja las preocupaciones del día en el árbol en lugar de llevarlas a su casa o al trabajo para poder estar en paz en el trabajo, en su casa y con su familia.
Jesús nos está diciendo hoy que está dispuesto a asumir nuestra carga todo el tiempo, no solo al final de un día a veces frustrante y a menudo agotador. Él asume voluntariamente nuestras cargas.
¿Por qué pensamos que tenemos que hacerlo solos? Conozco a algunas personas muy solidarias que se desviven por ayudar a un extraño, de la misma manera que lo harían con un amigo. Sin embargo, nunca piensan que alguien estaría dispuesto a ayudarlos y por eso luchan solos...
Es una lástima que pensemos que el "sistema de compañeros" es solo para niños. ¿No te has dado cuenta de que los niños en una fila siempre van de dos en dos?
¿Por qué no deberían hacerlo los adultos? Mira a tu alrededor. Hay quienes necesitan que alguien ORE por ellos, que los AYUDE a llevar sus cargas, y hay quienes con gusto orarán por ti y te ayudarán a llevar las tuyas...
Jesús nos está invitando. Jesús siempre está dispuesto a ser nuestro "compañero", que camina con nosotros y está allí para nosotros en todas nuestras aventuras diarias y nos dará descanso al hacerse cargo de nuestras cargas. Todo lo que pide es que le pidamos que venga.
Oración.
Señor JESÚS, ¡gracias! Por salvarnos, amarnos, sanarnos y darnos paz y descanso; Cuando nos sintamos agobiados, que podamos recurrir a ti, porque estás más que dispuesto a ayudarnos a llevar nuestra cruz... Renueva y refresca cada día nuestras almas y cuerpos para seguir invitando a todos a venir a ti, nuestro Salvador y Consolador. En el nombre de Jesús. ¡Amén!
Jose Reyes
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