Celebremos el amor y la gracia de Dios
- cowmama60barnes
- 1 day ago
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Una multitud muy numerosa tendía sus mantos en el camino, mientras otros cortaban ramas de los árboles y las tendían. La multitud que iba delante de él y la que lo seguía gritaban: «¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del SEÑOR! ¡Hosanna en las alturas!». Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió y preguntó: «¿Quién es este?».
Mateo 21:8-10
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvar al mundo por medio de él. Juan 3:16-17
Meditación:
El Domingo de Ramos es una celebración del amor y la gracia inagotables de Dios. Marca un acontecimiento crucial en el cristianismo: la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este día no solo es el precursor de los sombríos acontecimientos de la Semana Santa, sino también una profunda celebración del amor, la gracia y la redención de Dios por la humanidad. La historia, rica en simbolismo, nos invita a reflexionar profundamente sobre la magnitud del amor de Dios revelado a través de Jesucristo.
El relato del Domingo de Ramos está bellamente plasmado en los cuatro Evangelios. Mateo 21:9 describe la multitud jubilosa. Grita: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”.
La palabra “Hosanna” proviene del hebreo y significa “sálvanos, te rogamos”. El pueblo ondeó ramas de palma, símbolo de victoria, y dio la bienvenida a Jesús como su Mesías. Pero lo que muchos no sabían era que la victoria de este Rey no sería un triunfo político, sino un AMOR sacrificial.
El Domingo de Ramos es una demostración del AMOR de DIOS. Es un vívido recordatorio del inmenso amor de Dios por nosotros. La entrada de Jesús en Jerusalén no fue solo un desfile de celebración; fue un paso deliberado hacia su sacrificio final en la cruz. Juan 3:16 captura la esencia del amor de Dios:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga VIDA ETERNA”.
La entrada triunfal ejemplifica el amor de Dios de dos maneras significativas:
1. La humildad de Jesús: En lugar de llegar en un imponente caballo como un típico rey terrenal, Jesús eligió un burro, símbolo de paz y humildad (Zacarías 9:9). Este acto refleja el amor de Dios, que es humilde, desinteresado y accesible a todos, sin importar su estatus social o procedencia.
2. La disposición de Jesús a sufrir: Jesús entró en Jerusalén sabiendo el sufrimiento y la traición que le aguardaban. Su obediencia al plan de Dios demuestra un amor tan profundo que estuvo dispuesto a dar su vida por nuestros pecados (Romanos 5:8).
El Domingo de Ramos nos invita a reflexionar sobre cómo respondemos al amor de Dios. La multitud que gritaba "¡Hosanna!" luego se convirtió en gritos de "¡Crucifícalo!". (Mateo 27:22). Este marcado contraste nos desafía a evaluar nuestra propia FE y compromiso.
¿Abrazamos el AMOR de Dios en momentos de ALEGRÍA, pero flaqueamos durante las pruebas?
Consideremos algunos ejemplos de cómo podemos encarnar el AMOR del Domingo de Ramos en nuestra vida diaria:
-Actos de HUMILDAD: Al igual que Jesús, podemos elegir la humildad en nuestras acciones, anteponiendo las necesidades de los demás a las nuestras. Esto podría significar ofrecer perdón, tender una mano o simplemente estar presente para alguien necesitado.
-AMOR sacrificial: Reflejar el AMOR sacrificial de Dios puede implicar renunciar a nuestro tiempo, recursos o comodidad para servir a los demás desinteresadamente. Ser voluntario en un refugio o apoyar a alguien que atraviesa dificultades son expresiones prácticas de este AMOR.
-CONFIANZA en el plan de DIOS: Incluso ante los desafíos, el Domingo de Ramos nos recuerda que debemos CONFIAR en el AMOR de Dios y en su plan para nuestras vidas. Jesús sabía lo que le esperaba. Por delante, pero su confianza en la voluntad de Dios nunca flaqueó.
Oración:
Padre Celestial, gracias por AMARNOS y enviar a JESÚS, SEÑOR y SALVADOR de la humanidad, para enseñarnos que el Domingo de Ramos es más que un evento histórico. Es un testimonio vivo de tu AMOR inquebrantable por la humanidad. Es un recordatorio de que la verdadera victoria no reside en el poder ni la riqueza, sino en el AMOR y el sacrificio desinteresados. Al ondear nuestras palmas en celebración de JESÚS, que también llevemos su AMOR al mundo, difundiendo PAZ, ESPERANZA y amor. TODOS LOS DÍAS, continúa ayudándonos a compartir el Evangelio con palabras y acciones en linea o dondequiera que nos envíes. En el nombre de JESÚS oramos. ¡Amén!
José Reyes.
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